ADIOS USA

Mañana parto de vuelta a Chile, después de 5 años y 26 días de vivir en Philadelphia... sé la implicancia de condena que tiene mi recordatorio y aunque no ha sido para nada así, estoy feliz de irme y empezar de nuevo a vivir la realidad después de la burbuja que involucra estudiar sin trabajar por un sueldo.
Dejo atrás momentos tristes y felices, buenos amigos, lo mejor y lo peor de este país, una campaña presidencial que puede marcar el rumbo del planeta, y el acceso a todo tipo de información al alcance de la mano.
Vuelvo a un Santiago más pavimentado, más poblado, más contaminado, a mis amigos de siempre, a la buena mesa, a los brazos de mi madre, a MI casa, y a escuchar la voz del pueblo.
Dejo atrás muffins, cupcakes, pancakes, Netflix, Anthropologie, TV actualizada, los cines Ritz, el mejor correo del planeta, a un portero que me decía día tras día lo bonita que me veía, mis partidos de tenis en Penn y a mi amiga Xime.
Vuelvo a la hallulla con mantequilla, a la torta de merengue con frambuesas, a las chirimoyas, a las sopaipillas, al dilate con un café, al Tavelli, a escuchar fútbol por radio, a alegar con gusto por la lentitud del sistema, a probar restoranes nuevos, y a la revista Paula.
Vuelvo, a vivir en mi país, adonde pertenezco.